Home > Blog > Info > Bloqueadores de anuncios, ITP y blockers de navegador: ¿de qué se trata?
Hoy en día, y en el contexto cada vez más importante de la privacidad, existen diversas soluciones dirigidas a los usuarios de Internet, permitiéndoles bloquear anuncios o ciertas herramientas de terceros que son necesarias para que dichos anuncios funcionen correctamente en Internet. Estas medidas tienen impactos directos para los editores y anunciantes: dificultades para monetizar su inventario para los editores y limitaciones en la segmentación publicitaria para anunciantes (por ejemplo cuando los datos de navegación onsite no se recopilan, lo que limita las posibilidades de análisis).
Los blockers
Un adblocker – bloqueador de anuncios en español – es una herramienta que se instala y que detecta los anuncios y bloquea su visualización en páginas que el usuario visita.
Los usuarios de Internet recurren a esta práctica por una variedad de razones. Por ejemplo, para muchos de ellos, ser interrumpido en su navegación por anuncios emergentes, que no son necesariamente relevantes o aptos, puede resultar molesto o incluso intrusivo (por ejemplo, la lectura automática de un anuncio que se lanza sin ninguna acción intencional por parte del usuario).
Pero es verdad que la publicidad tiende a ser vista como un mal necesario. Proporciona a los editores una gran parte de los ingresos necesarios para apoyar el contenido en línea, haciendo que los usuarios tengan acceso gratuito a ellos. Y es que los adblockers interfieren con todo el mecanismo de monetización que hace posible este acceso.
También pueden detectar y bloquear otros elementos del sitio, como los trackers que permiten recopilar datos on-site en un contexto de análisis de audiencia, o incluso otros trackings que tienen como objetivo mejorar el targeting y la experiencia del usuario.
Su funcionamiento se basa sobre unas listas negras que se alimentan continuamente, a veces por los mismos usuarios, impidiendo la carga en la página web de cualquier anuncio o publicidad que provenga de un dominio y/o una cadena de caracteres presente en la URL que aparezcan en la lista. Estas comunidades, cada vez más activas (después de haber referenciado los mayores actores publicitarios en sus listas), continúan referenciando todos los dominios vinculados al tracking de publicidades.
Bloqueo por navegadores
Todos los navegadores web disponen de una opción que permite bloquear las llamadas de tags de terceros, algunos incluso la tienen activada de manera predeterminada. El problema es incluso más prevalente en el entorno móvil.
En este caso, toda llamada de un tag que provenga de un dominio diferente al del dominio visitado no será cargada por el navegador. Esto bloqueará la recopilación de todo tipo de informaciones, en particular los datos de analítica y de targeting publicitario.
Tomemos un ejemplo:
En septiembre 2017, Apple lanzó su primer programa de protección contra el tracking: el Intelligent Tracking Prevention (ITP 1.0). Este sistema, integrado en el navegador web Safari, tenía como objetivo proteger a los usuarios de productos Apple de la colecta de datos realizada mediante cookies. Su método era reducir la vida de las cookies de terceros a 24hrs en los navegadores Safari. Ciertas empresas GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft), pusieron en marcha soluciones para evitar el bloqueo de los navegadores; empleando “falsas cookies first-party” podían seguir trackeando el internauta, midiendo el tráfico y atribuyendo a sus campañas las ventas de ese usuario. La versión 2.2 del ITP ha limitado este tipo de tracking a las 24 horas después de la interacción.
Mozilla ha lanzado su última versión estable de Firefox 67 que activa por defecto su función Enhanced Tracking Prevention, que bloquea las cookies de los trackers de terceros. Mozilla también ha mejorado su extensión Facebook Container que aísla la navegación web de Facebook. Ahora es imposible para Facebook trackear un usuario que visite páginas web con funcionalidades de Facebook integradas (por ejemplo, botones de “compartir” o “me gusta”). Por último, el gestor de contraseñas para Android y iOS, Firefox Lockbox, ha sido rebautizado Firefox Lockwise (está disponible en forma de extensión para su versión desktop).
¿Se avecina una guerra entre los navegadores y los adblockers?
Google está apresurándose para hacer evolucionar su conjunto de API Manifest, utilizado por las extensiones, entre los cuales las extensiones de adblocking.
Estos últimos dependen de Manifest V2 que deja que las mismas extensiones filtren contenidos via la API webRequest (una API – application programming interface – permite que dos aplicaciones se comuniquen entre ellas).
Para su V3, Google quiere remplazarla con una API más restrictiva: la Declarative NetRequest. Obligará a las extensiones a que utilicen la API proporcionada por Google Chrome. Esta última será particularmente restrictiva, alterando el funcionamiento normal de las extensiones. Por ejemplo, no existe la posibilidad de definir más de 30.000 reglas durante la instalación, y solamente 5000 una vez instalada la extensión.
Le pregunta obvia es, “¿cuál será la respuesta de los bloqueadores de anuncios ante todo esto?” Pero sobre todo, lo que los anunciantes deberían de estar preguntándose es cómo limitar los impactos de estos bloqueos sobre su propio negocio buscando maneras de hacer anuncios más aceptables. Porque sí, ¡existen soluciones!